domingo, 11 de septiembre de 2011

El curioso caso de la niña que no estaba inspirada...

O cómo el aburrimiento te obliga a escribir en tu blog. Así, por que sí, porque no tengo nada mejor que hacer en esta sucia isla. Sucia, sí, porque deberían hacer limpieza de playas, que la arena es negra, y sacar todos los comercios guiris antiestéticos que amenazan con destruir la fauna y flora de este nuestro Tenerife. Bueno, nuestro no, pues a mí no me pertenece. A mí me pertenece Vigo y todo lo que hay en él, aunque Vigo no lo sepa. Quiero volver ya y sólo falta una semana, pero a mí se me hace taaaaaaaaaan larga. Lo mejor es que en cuanto ponga un pie en tierras gallegas haré PLOM, insti. Y el insti me sonreirá con su cara de cabrón pervertido:
-Eh, Ari -supongo que no me llamará Pato, no tenemos esa confianza-, ¿qué tal el verano?
-Pues rarito, querido. He tenido patata, mi patata me ha dejado, he rutinizado un poco con mis amigos y luego he rutinizado mucho con mi madre y mi hermana. Tengo la sensación de haber desperdiciado el verano. Pero creo que voy a volver a comer patatas.
Supongo que hablar con el instituto me pondrá en evidencia y los alumnos nuevos decidirán que, definitivamente, estoy loca. Pero mejor, que se vayan enterando de buenas a primeras, porque paso de fingir que soy normal hasta que les coja confianza. Confianza. Yo creía que era una persona extrovertida y me he dado cuenta de que fuera de mi entorno no soy capaz de hablar con nadie. Necesito el respaldo de personas conocidas, no sé. A lo mejor tengo un trauma infantil que me impide sociabilizarme.
Por lo demás, soy la leche. 


PD: la crisis, ay la crisis...

No hay comentarios:

Publicar un comentario