viernes, 29 de julio de 2011

Huele a adolescencia.

Ala, ya está, voy a dejar de ser una pesimista y empezar a escribir cosas alegres, que este blog parece el diario de una niña emo(fílica, jajajaj). Además mi humor ha mejorado considerablemente y he decidido que voy a seguir la premisa CARPE DIEM.
Suena Smell like Teen Spirit en el Grooveshark, programa que habrá sustituido al Spotify en más de un hogar. ¡Añada ahora Grooveshark a su lista de reyes magos y de regalo un pelapatatas gratis!
Odio los papeles en blanco, sobretodo cuando no me viene la inspiración. Supongo que debería dejar correr esto y no puiblicar nada, pero me apetece dejar constancia de mi rehabilitación a la vida de una adolescente hormonada y salidorra viciada al Tuenti (y ahora que lo pienso, me apetece ver Next).
Me voy en breves a Tenerife y ahora Yasia me sale con que sin pasaporte no puede viajar porque es extranjera. Rezo a Dios, Buda, Alá, Ra, lo que coño sea, para que el cónsul moldavo le de el puto pasaporte o me pudriré del asco en Tenerife -mamá, no te lo tomes a mal, pero los jóvenes necesitamos maaaarcha-. Aunque siempre puedo meterla en la maleta, aunque a trocitos. Mmm, descuartizar amigas.
Miguel dijo: Ari es inteligente (más que yo (osea, él)), divertida y sincera.
Ari dijo: como me conoces, Miguelitou.
(Miguel, si estás leyendo esto.... ¡BURRO EL QUE LO LEA!).

Bah, que paridón. En fin, espero que esta actualización cierre una etapa de mi vida para comenzar otra y blablablabla. Que el nuevo curso empezará en cuanto vuelva y tengo ganas de saber qué pasará.
Y ahora, un zapato.
Es hora de desempolvar el disfraz de Valiente y salir a tropezar.

jueves, 21 de julio de 2011

Alas.

Hoy he tenido un sueño tan real que me ha dado vértigo. Soñé que volaba, que recorría la calle que conecta Plaza América con el Berbés gritando de alegría. Solté unos cuantos ''yuju'' algo infantiles y grititos de niña chillona. Me elevé un poco más y me di cuenta de lo alta que estaba, de que nada me sujetaba, de que corría como el viento. Incluso podía sentir la adrenalina. Era libre. Dicen que soñar con Volar es símbolo de libertad, o bien de erotismo pero, vaya, el erotismo me lo tengo que guardar últimamente.

Y luego algo me arrastraba. Como una fuerza extraña. Volvía hacia atrás mucho más rápido de lo que había volado. Angustioso. Me estrellé contra un muro y ahí se acabó el sueño. Creo que volví hacia atrás porque tenía miedo de volar. Freud diría algo relacionado con el sexo, estoy segura. Yo digo que tengo miedo a ser libre, a madurar, a crecer y tomar mis propias decisiones. A irme de aquí. Pero lo tengo claro: no pienso quedarme en Vigo más de lo necesario.

martes, 19 de julio de 2011

Te miro como si fuera idiota.

Cuando las historias te suenan a viejo. Te vas, vuelves y ya está todo cambiado. 
Y odio reconocer que me agobia la simple idea de dejarlo todo correr.

lunes, 18 de julio de 2011

Never say goodbye.


Hola, neurótica. Hace tiempo que no nos vemos. La vez anterior fue el año pasado, ¿recuerdas? Esto ya parece una manía obsesivo-compulsiva que tú misma te inventas. Y, aún por encima, te desdoblas intentando convencerte a ti misma de algo que ya sabes. Deja de ser tan idiota, de ese tipo de idiota B, o C, ya no me acuerdo, que comprendiste que eras. ¿Quieres algo? Cógelo, dicen. Pero esta vez vas a tener que esperar a que te cojan a ti o a que te coja el olvido. Se te da bien olvidar. Vamos, pequeña niña excéntrica, deja de reprimirte, deja de bloquearte, abre los ojos porque te quedas ciega a veces. La luz del sol alumbra, aunque el día esté nublado. Brilla un nuevo día por encima de las bastas nubes.

sábado, 9 de julio de 2011

Ángel Caído.

I

Estúpidos Humanos.

-Nunca he contado esta historia, y dudo mucho que vuelva a contarla. […] Ahora bien, si te parece que me voy por las ramas, si te parece que divago, recuerda que las historias reales pocas veces toman el camino más recto.
El nombre del viento, Patrick Rothfuss.


Nunca distinguirás el bien del mal.
No, qué va, ni siquiera sabrías diferenciar a un colibrí de un avión, estúpido humano (o lo que quiera que seas). Pero no te sientas mal, nadie sabe a ciencia cierta cuál es la frontera entre dos términos tan ambiguos, ni siquiera yo. El caso es que la luz y la oscuridad se pueden ver de formas muy distintas dependiendo de quién seas. Pongamos el caso de que eres Hitler. Sí, aquél dictador tan idiota, bajito y homosexual que consiguió dominar Alemania -pero no se lo tengamos en cuenta a esta gran nación-. Bien, pues si tú fueras él, para ti los malos serían los judíos y los gitanos y todos esos a los que tanto odiaba sin razón aparente. Pero si fueras un gitano, por ejemplo, el malo sería Hitler. No sé si mi concisa y exquisita explicación te ha entrado en el cerebro, pero tampoco espero que lo entiendas. De hecho me da igual, si estás leyendo esto es que lees mis memorias y eso no está bien. No, no, pedazo de cotilla. ¡Deja ya el cuaderno o mi ira caerá sobre ti!
En fin, el bien y el mal son solo ideas vaporosas que se funden en el aire y en la mentalidad de una persona, que cambian constantemente y que no se diferencian en mucho. ¿Qué no haríamos por bondad? ¿Y por maldad? Quizás las mismas cosas, quién sabe. No habría luz sin oscuridad, del mismo modo en el que no habría oscuridad sin luz. Así que, querido/a entrometido/a, plantéate la siguiente pregunta: ¿a qué bando perteneces?

Esa misma cuestión llevo intentando contestar desde que nací. No, no era un bebé diabólico, cacho mentecato. Pero es que ya no me acuerdo de cuándo comencé a irme por las ramas, así que supongo que comencé en mi tierna infancia. No sé... Hace tanto que existo... Pero no le echéis las culpas a mis padres, ellos eran muy majos. Aquí el mérito es, única y exclusivamente, mío.
Siempre tuve una forma de ver el mundo muy... diferente a la de los demás. Se supone que los míos saben qué hacer desde que sus cabecitas asoman al exterior. Vale, pues... Yo debo de ser tonto. Marcamos un eslabón muy importante en la cadena de la vida, una vida en la que cada uno se sabe muy bien su papel. Un único papel para todos: mantener el orden natural. El orden que vosotros, humanos, os esforzasteis en destruir desde que llegasteis a la Tierra. Él sabe que yo no quise hacer nada malo -bueno, no. No lo sabe-, en esos momentos creí que era lo correcto, era joven y emprendedor y...
Y no salió como esperaba.
Querido lector, empecemos de una vez. Creo que no te estás enterando de mucho, pero te diré algo que te aclarará todo. Una simple frase, una oración.
Me llamo Lucifer.

miércoles, 6 de julio de 2011

Why so serius?

Es curioso, cada vez que atravieso una mala etapa me da por escribir. Escribir lo que me pasa o otra mierda relacionada con lo que me pasa, porque lo que pasa es que soy una egocéntrica (¿qué pasa?). Se supone que estas cosas deberían ser privadas pero, qué carajo, esto no lo lee nadie, y confío en quién lo lee.
Me imagino a mí misma en una barquita sin remos, a la deriva en un mar tempestuoso. A veces está en calma, pero nublado. A veces brilla el sol. A veces amenaza la tormenta. Y, a veces, la tormenta llega. Es como vivir cada día un estado de ánimo distinto. Como decían en una peli, me levanto siendo una persona y, cuando me acuesto, sé que soy otra completamente distinta. Me levanto sonriendo, quizás, o algo amargada, me meto en el ordenador y, por norma general, es cuando me deprimo. Luego salgo y estoy bien, y en algunos momentos estoy mal. Por la noche las cosas varían, depende de cómo haya ido la tarde. Y cuando me acuesto, al menos me olvido de todo, y sueño. Y pienso diferente a cómo pensaba por la mañana.
Ya no es eso, o puede que un poquito, no lo sé. Es algo más profundo. Un mal presentimiento o una excusa, un tiempecito en el que me apetece estar mal. Dicen que una persona que está triste es que ha sido fuerte demasiado tiempo, y puede que tengan razón. Este año no ha sido muy bueno para mí. El curso fue un muermo, problemas con el grupo, lo de mi madre, bajones inexplicables, dudas paranóicas, la sensación de irme quedando sola, incluso en mi propia casa... Y aún así creo que lloré solo una vez. Una vez en todo este tiempo, por mi madre. No entiendo a la gente que llora por cualquier estupidez, que se deprime por nada (este último apartado mejor obviarlo ya que yo me deprimo por nada últimamente), que hace montañas de granos de arena. Pero creo que a todo cerdo le llega su Sanmartín, y a mí me ha llegado el momento de ser así. Un poquitín. No pienso consentir que dure más de lo estrictamente necesario. Ha habido demasiadas gotitas que han colmado el vaso, pero pienso volver a vaciarlo para el año que viene. Y espero que el año que viene no sea un año de S. (y con esto último yo me entiendo, queridos).

lunes, 4 de julio de 2011

Hoy me ha dado por echar un vistacillo atrás. Me he puesto a ver las fotos de mi primer novio. JAJAJAJAJA. Me han dado ganas de potarle encima, al ordenador o a mí, no sé. Qué vergüenza, qué desventura. Menudo timo. Cuando lo veía con ojillos de colegiala quinceañera me parecía muy guapo, pero mire usted cuánto hemos cambiado en un año. Sí, eres un niñato, querido, y cani, además. Qué demonios, hoy me ha dado por estar alegre aunque las circunstancias no sean las mejores. Aún me agobio un poco cuando pienso en esa cosilla nazi. Pero esas cosas pasan, pasan tan rápido que, cuando miras atrás, te hacen reír. Como lo que acabo de contar. Yo es que soy así.

-Vuelan mil mariposas multicolores por el vergel del ébano desgastado.
-Tú te has fumao un tripi.
-Pues sí, mire usted, mis drogas son el aire y el agua salada y un día de verano fresquito, qué se le va a hacer. Me dijeron que estoy loca y así me quedé y, convencida de ello, juego a ser persona en un mundo de cuerdos.

sábado, 2 de julio de 2011

Vuelve a tocar esconderse en tu propio cuerpo.

Todo me sale mal. Es una frase que me llevo repitiendo demasiado tiempo, y dicen que cuando te convences de un mantra, se hace realidad.
Se ha hecho realidad.
Sé que soy demasiado joven como para lamentarme por este tipo de cosas, pero estoy harta de meterme de hostias contra la pared. Pensé, quizás, que esta vez sería distinto porque él era distinto. Pero se ve que soy extremista: o muy lanzados o muy monjitas. Vamos a dejarlo correr porque nos precipitamos demasiado. Lo pienso y me parece una excusa. En cuatro días no puedes saber lo que sientes por una persona. En cuatro días no podías conocerme. ¿Te digo la verdad? No sabías si te gustaba. Y creo que no te gusto. Por lo menos no lo suficiente como para arriesgarte. Yo estaba dispuesta a arriesgarme, y estaba tranquila, jamás había estado tan tranquila.
Lo peor es que hablamos más ahora que antes. ¿Cómo debo tomarme eso? ¿Es un problema mío que me viene de fábrica? ¿No poder hablar con la persona que me gusta? Fue automático, lo dejamos y, ¡puf! a hablar riéndonos como locos. Pero no puedo mentirte. Te dije que iba a seguir todo igual. No puedo estar contigo sin que me duela, sin emparanoiarme porque me parece que te meten fichas y que metes fichas a todo Dios. Te dije que no era celosa, mentí. Lo peor es que el daño ya está hecho y no te puedo echar del grupo. Te vas a quedar ahí y voy a joderme yo. Ni siquiera parece que te afecte esto. Pareces tan tranquilo, como si te hubieras sacado un peso de encima. Por eso sé que no te gustaba, ni te gusto. Por eso sé que, cuando la gente me dice: ''quizás quiera conocerte mejor y volveréis a salir en un tiempo'' sé que mienten.
Yo no acertaré nunca.