Me han contado cómo es en varias ocasiones, y lo he escuchado de los labios de mucha gente. Lo he rozado con la punta de los dedos, de puntillas, para llevarme a la boca una fina película de luces que bailaban sobre mi piel y sabían amargas. Lo he espiado como una niña curiosa desde el anonimato de una mirada de reojo, y he estado cerca de él en tercera persona. Me ha provocado algunas sonrisas tontas y un extraño brillo alegre en los ojos, ya sabéis, eses detalles que te hacen parecer mucho más guapa y libre y loca, y todo a la vez, y que mueven tu pelo al son de la luz y todo es perfecto. He creído que lo tenía cada vez que se asomaba por mi puerta, como si fuera la cazadora más competente del lugar y mi arma fueran las caricias y los besos. Pero, al final, lo único que había atrapado eran ilusiones, oasis de arena en un desierto de piedra.
El amor. ¿Qué es exactamente? Te lo cuentan las personas que fueron afortunadas de sentirlo pero, en cuanto acaba para ellas, te dicen que es una mierda -siempre utilizan el mismo adjetivo, es una especie de acuerdo tácito-. Lo ves en las películas, en las series, en los libros... Un amor tan fuerte que crea una historia a su alrededor, una historia tan buena que pagas por verla. Te engaña, eso no es amor, actúan. Como en la vida real. Somos los actores y las actrices del gran teatro del mundo e improvisamos bien nuestros papeles. Algunos mejor, otros peor, depende del guión que te haya tocado. Ni siquiera sé si puedes cambiarlo por otro, quejarte porque no te gusta, decidir sobre tu destino. Supongo que, cuanto mejor lo interpretes, más protagonismo tendrás.
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Less love. |
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