martes, 8 de noviembre de 2011

Va por ti.

Había una vez un árbol, un árbol... No, eso no. No había ningún árbol, qué más da el árbol. Un árbol nunca ha sido importante en una historia, a no ser que hablara de árboles. Así que había una roca, una roca que no sabía hablar, porque las rocas no saben hablar. Tiene sentido, claro. Esto no puede tener sentido, aunque sea un sentido crítico. No.
Había una vez un río de agua clara y cristalina... Contaminado. Sí, estaba contaminado. Cómo no va a estar contaminado, si hoy en día no queda nada limpio.
Así que había una vez una persona -las personas, por desgracia, sí que son importantes-, una persona que creció en una sociedad sin árboles, donde todo estaba poblado de altas rocas que no hablaban y donde vivía la gente, gente que bebía agua del grifo contaminada. Y también llovía de vez en cuando. Lluvía ácida. Abundante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario